No se puede pedir más a la vida,
que una tierna palabra
Unas alas con plumas de seda,
y la sonrisa límpida de tu alma
Reten para siempre en tus pupilas,
la sufrida fantasía de mis ojos
El impulso que late por mis venas,
en el retrato gris de tu abandono
Alfombra de rosas el camino,
y protégeme del ciego y cruel destino
De retener tu imagen ilusoria,
ciegamente ceñida en mi espejismo
Porque es duro, vivir sin tu presencia,
porque es triste, el amor que me condena
A invocarte, soñarte, imaginarte,
en los mustios jardines de tu ausencia
Ana Barroso,