Vuelvo al lugar
de los hechos
para curarme
de vicios
desarmar ojos
y manos
sobre un legado
nuevo
conectando
túneles
vasos
comunicantes
que me traigan
de vuelta
llenándome
de labios
inundándome
de bocas
que te llamen
insistentemente
para recuperarte
del vacío
y de los
almacenes
de las calles
y sus pupilas
llenas
de incertidumbre
del tedio rutinario
y los globos
de los cumpleaños
para que vuelvas
blancura
entre piedras
calcinadas
llena de pieles
frescas
mordida
senos
vientre
besos
manos
y marcharmos
a un exilio
de silencios
milenarios
en un viaje
de tiempo
sin memoria
ni regreso
conocido
Eduardo A. Bello Martínez
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