He pensado que
me gustaría ser como un árbol,
bailar con la gracia de las hojas
en la orquesta del viento,
tener una rama amiga
fiel a mi verdecido ser,
árbol que resiste la borrasca,
árbol erguido en tempestad
y en la desnudez otoñal
del inevitable desaliento.
He pensado que
me gustaría ser como un árbol,
descansar sobre la más agradable
de las alfombras,
inmortalizarme en su hojarasca,
remover el aire a mi gusto,
indiferente a casi todo lo humano,
dejarme acariciar por el viento,
ser hoy más añejo que ayer
pero más orgulloso también.
He pensado que
me gustaría ser un árbol,
ver el caos desde lo alto
sin preocuparme por mis ramas,
ser el primero
en advertir el amanecer
a través de las hojas,
verdes ojos mojados de rocío,
ser el encantador regalo
que parió la primavera.