Y de la nada llega a tu puerta, aquella persona que jamás creíste que llegaría, que te libera por completo a la realidad y a la fantasía. Que te cura con su alma y con su sonrisa.
Así de la nada llega alguien y te alegra la vida, le enseñas y te enseña, te vuelves alumno y maestro, te comportas como eres y te sientes lleno de vida.
De repente y sin pensarlo, se acercó a tu vida. No entiendes como ni cuando, pero disfrutas su compañía. Disfrutas de ti mismo, disfrutas la vida.
Así tan simple, tan desordenada, tan imperceptible, llega esa persona y entiendes la mucha suerte que tienes de compartir a su lado.
No sabes si por mucho o por poco, pero mientras sea acompañado de su mirada, tu alma te dice que todo saldrá bien, que pase lo que pase, venga lo que se venga, todo saldrá bien.
Y entonces cuando menos lo esperas todo a cambiado, ya no eres el mismo de antes, todo a mejorado.