Se escribe, se antoja y se realza el alma,
se plasma el corazón abierto
atento al sufrimiento y la alegría,
se funden y se moldean las palabras
se vacía lánguidos los pesares y los amores,
se amortajan bellamente el querer de la poesía.
Se rasga acaecido en las flores
como el manojo de deseos,
como conjugando sonetos,
como la melodía al afecto,
se escribe atado de conmoción al sufrimiento
y de sereno al espíritu se enaltece
el don de la vida.
Y de avivados los plectros
se fraguan los sentidos,
se apasionan, se enloquecen,
se glorifica el sentimiento,
se le canta al amor,
al vasallaje de la injusticia,
a la muerte, a la traición y al desamor,
al entorno de la naturaleza,
a cada cosa que le inspire sentimiento
así es de claro el ser humano
escribe, compone y documenta
forjando con el corazón abierto
en magnánimas rimas una bella poesía del alma.