No veo más la lluvia por mi ventana, no veo caer esas chispas de agua que vienen desde el cielo regando el césped de la casa, no tengo el olfato de tierra mojada, ese tan natural, que hace perder sentidos, no escucho los chasquidos del agua al caer, ni los truenos que daban miedo, en noches frías con sabor a chocolate y té.
Es que se me hace inquietante extrañar aquellas noches lluviosas, aquellas veladas magníficas donde el amor y yo, nos metiamos bajo las sabanas de edredón, donde con el miedo de cada tormenta la a pegaba más hacia mi, sintiendo más su piel tan suave, sintiendo su miedo por aquellos relámpagos que iluminan habitaciones oscuras.
Como olvidar su cara angelical de susto y horror, su cuerpo temblando por el frío y el terror, su voz aguda diciendo, - abrazame que el miedo, de mi se apoderó.
Tan solo el recuerdo vive en mi y desde entonces no he dejado de extrañar, no he dejado de pensar en esas horas de desveló, ese frío tan intenso, el dormir de cucharita como si fuésemos presas de la lluvia, de los relámpagos y truenos.
Henry Ruiz
18 DE ABRIL 2020
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\"QUE SEAN MIS ESCRITOS RECUERDOS DE LO QUE EN VIDA FUI\"