Anoche no dormí…
me fui descalza, al mar,
en la arena me acurruqué...
para poderte soñar.
El viento de la sierra
movía mi cabellera,
mientras extasiada
su inmensidad observaba...
Las gaviotas el aire surcaban
en raudo vuelo queriendo llegar,
inquieto el mar las rocas golpeaba
queriendo a la playa bañar.
En mis pensamientos abshorta estaba
y del romance no me percataba,
que tenían la playa y el mar.
La playa coqueta estaba,
con su arena candente brillaba
y sus reflejos se proyectaban
en el negro azul del firmamento.
Con cada beso que el mar le daba,
ella de pasión se contorneaba
sin saber que la luna
trás de las palmas escondida,
sus requiebros observaba.
La playa y el océano se amaron,
con las brasas que les dejo el sol
y entre brasas candentes y abrazos,
los dos se calcinaban de amor.
La noche fue declinando,
el alba se hacía presente
y el sol casi los sorprende
en esta acción tan candente
y a mi, me sorprendió el amanecer
con la luz del astro rey
y te juro que sentí, que ése sol eras tú,
acariciando mi piel.
Felina