Oh Dios destructor de ansiedades,
te imploro y te ruego
que vengas a poseer mi cuerpo de angustias menos ofuscantes,
de paciencia más que de tormentos.
Mi mente necesita de tu sabiduría de silencio para callar los lamentos de unas cuantas almas perdidas en la agonía de éste profundo escalo de deseo y furia.
Oh Dios destructor de ansiedades que tú voluntad sea la paz de mi alma con la venganza se los desprecios infundidos por aquel ser del mal.
Oh Señor! Permite que el tiempo sea justo con el autor de éste dolor.
Amén