Nací una noche de luna yerta
entre artificios y parabienes.
Mi infancia, almíbar y villancicos
que me arrullaron en cuna de oro,
sobre estructuras de telarañas.
Y al alba de un nuevo día la emoción
dio rienda libre junto al árbol del prodigio,
factoría de los que sueñan.
Pero no todo es ventura
ni la vida es tan sublime
cuando púber te supones.
Soy el hijo primogénito.
Mi semblante hoy se abandera con las nubes
y mi corazón me ignora.
Y mis venas, constreñidas,
con esquinas y recodos, desembocan
en arterias donde reinan las inopias
y conviven los desvelos.
Sé que en parte soy \"non grato\".
Sé que aprieto, aunque no ahogue,
y que genero esperanzas.
Me gustaría ser otro.
pero huyo de inmodestias y envolturas
que tan poco me sugieren.
¡Perdonadme! Soy enero.