Me acostumbraste a escuchar tu risa todas las noches.
Escuchar esas palabras de amor;
con las que poco a poco me iba enamorando.
Aunque sabía que era inútil;
me quería ver contigo.
Tan acostumbrada estoy a oír sobre tus locuras;
que para mí eran cuentos para ir a dormir.
Y soñar con un mundo lleno de aventuras a tu lado.
Pues ya te estaba queriendo;
mientras que tú te hundías en otros besos.
Me acostumbraste a esperar tu llamada;
donde te entregabas con sinceridad.
Pues ya estaba enamorada;
ya no había marcha atrás.
Tan acostumbrada estoy a ti;
que cada vez que llamo
sólo escucho un suspiro
de una llamada perdida.
2015