Cada día vivo
el aroma del amanecer sin prisas
que sigue ahí,
el silencio sonoro de las aves
despertando con sus trinos
que trae paz.
Se escucha en la lejanía
el ruido escaso de los coches
cuando antes ensordecía.
Es tiempo de cosas sencillas
de sentir la caricia de la vida
y su atalantar
entre cuatro paredes tranquilas.
Ahí fuera la realidad golpea duro
en los hospitales, funerarias,
tantos seres humanos muriendo,
sus seres queridos sufriendo,
rotos por el dolor, sin despedida.
Cada día les enciendo una candelita.
Nos queda a todos pendiente
salir de la gran mentira
que crean los medios,
ese mundo de finales siempre felices,
consumo salvaje y codicia.
Todos experimentamos
luz, oscuridad, nos asustamos
no siempre brilla el sol.
Siento la humanidad herida,
muchos despertando
sintiendo la vibración de la tierra
creando oasis de armonía
elevando la consciencia alto.
Salir de la ignorancia
palpar la cruda realidad
aprender y sintonizar con la energía
poderosa del universo.
Dan para mucha reflexión,
tantos y tantos días.
Mis cinco semanas
se iniciaron aquel 14 de marzo
echando la llave a la puerta
poniendo un cartel
CERRAMOS POR 15 DÍAS
y ya son cinco semanas
de confinamiento...
20-4-2020