No sé que me duele más, mi propia ausencia, o la de los demás
Navego en un mar de preguntas, que nadie me contestará
Mi deber es ser cada día mejor persona. Pienso que la escuela de la vida,
me enseño, que aprender lo bueno, aunque sea con sufrimiento es lo mejor.
Porque enaltece el alma, y algo bueno llegará a Dios. Porque sus hijos a los que ama
han vuelto y en silencio dicen gracias señor, gracias por lo que pasó.
La calma llegó y nuestro corazón cambió, ya no miraremos al otro
con desdén, lo miraremos con amor.
Pues al fin comprenderemos, que todos somos hijos de Dios, iguales en todo
menos en su condición, humilde o de ponderación, porque cuando entremos
por la puerta que nos conduce a Dios, afuera quedan las riquezas
y así, somos iguales ante Dios, que nos recibe con amor. Gracias Dios.