Me vuelvo a doblar en la fe…
De mi pecho a las ideas.
Con el ichtus en mi ser,
Angustiado, por la espera.
He pintado en mi dintel…
La esperanza verdadera,
de mi pueblo al padecer,
con mi gente, sus cadenas.
Se va metiendo en mi piel,
en el aire, las aldeas.
La helada muerte, con su hiel.
Cuan pandemia y albaceas.
Asfixiando en su corcel,
muchas víctimas serenas.
tirando torres de Babel,
con variopintas banderas.
La muerte me llama al cuartel…
no veo sus manos de seda.
Está flotando por doquier,
me niego abrirle la puerta.
Trae veneno a granel…
Y sin sangre en las venas.
Cabalga invisible tropel
se propaga y dispersa.
¡Haz un búnker de tu hogar!,
mientras oras, mientras rezas.
Se paciente al esperar,
en resiliente faena.
volví a caer y llorar…
No estoy solo en mi pena.
¡Yo oí su voz al andar
Y vi su faz en la arena!.