La armonía en tus ojos, amor de mi vida, me lleva al seno que divide a la muerte de nuestra realidad.
La desnudez es mi vestidura, el despojo se apodera de mis ocultamientos hacía ti y, tu pureza de corazón me abraza.
La mayor composición musical creada hasta nuestra actualidad, no tiene comparación con los sonidos de tu boca.
Tranquilidad, libertad, amor, lentitud en el tiempo y calor interior; quizás algunas maneras para describir tu talento al mirar.
Tu piel tersa hace contacto con mi ser, probablemente mis encomiendas fueron buenas sin darme cuenta.
Posada frente a mí, durmiendo, como un ángel después de haber hecho el bien, yo diría que reivindicáste mis andares.
Quisiera dar tanto por ti, entregar mí vida, como has entregado tus virtudes del interior, volviendo mi estancia, llevadera.
Concebirte, mirarte, para mí es suficiente, al igual que un hallazgo de un tesoro inmaterial, una recompensa inmortal.
Soy un simple humano, tengo muy poco que ofrecer, sólo mi inspiración, una devoción de amor, quisiera tocar tu alma.
Tu humildad me vulnera, mientras tu belleza aumenta mi sensibilidad, no merezco esta gran bondad pero, me amas.