Es la quinta semana
de este encierro forzado,
de esta triste cuarentena,
y mientras el mundo duerme,
mi escritorio parece cobrar vida-
Por mi ventana se asoma
un paisaje de sierras arboladas,
las aves encienden sus trinos,
la gata maúlla clamando por alimento,
mis perros ladran y corren por el jardín,
la naturaleza revive, y yo aquí,
mirando desde mi ventana
cómo transcurre la vida,
y escuchando el murmullo
del río que serpentea en su cauce-
Y pienso, mi vida se detiene,
mis hijos no están tan lejos,
pero igual se siente la distancia
porque no puedo acercarme a ellos-
Las ciudades duermen,
se han silenciado los ruidos,
las imágenes muestran el vacío
y se difunden comentarios aterradores
de comportamientos humanos,
que dejan morir a los ancianos,
que la gente amenaza a sus vecinos,
solo por tener la mala suerte
de contraer el virus maldito,
y entonces la civilización agoniza-
Pero a pesar de todo
la esperanza no muere-
Aún brillan la luna y las estrellas
y los animales corren libres por los campos,
la atmósfera respira aire más puro,
a lo lejos se escuchan las garzas,
una mariposa se detiene en el jazmín
y un colibrí se asoma en las mañanas-
Y entonces la naturaleza asombra,
el mundo sigue girando
y la esperanza nunca muere-
Susy Espeche
Abril 2020