@Alejhongo

Oda al Café.

¡Amaba el Café, siempre lo ame!

Amaba ese indescriptible sabor, ese sabor que me devolvía la esperanza, ese sabor que me daba fuerza.

Beber de tu sangre me devolvió al mundo y como a Lázaro me dijo levántate y anda, fluye, rueda y anda...

Amaba levantarme en las mañanas y saber que lo primero que haría sin dudarlo, sería deleitarme con su esencia.

Anhelaba despertar solo para poder tenerle cerca. Para sentir su dulce aroma,  ese sabor, ese amargo que desde que me fue revelado se convirtió en mi verdugo y benefactor.

Me encantaba sentir como se acercaba hacia mis labios, me encantaba sentir su calor avivar mi fuego. Me encantaba tomarle, me encantaba disfrutarle.

Siempre me encantó...

Luego me hice viejo, no de cuerpo sino de espíritu y con el tiempo me di cuenta que no me gustaba el café, era simplemente un recuerdo, el recuerdo de algo que me hacía feliz, el recuerdo de la mujer que me servía el café.

“Ella amaba el café y yo la amaba a ella...”

 

04/2019