He pillado un cordón untado en aceite,
pasa por todos los montones de cosas apiladas,
latas vacías, tapas pintadas, recortes de diario, notas subrayadas, estuches, espejos, pinceles y agua.
tiro el hilo para ver su final, y embetuno mis manos de grasa.
Hace mucho tiempo no sentía esto, hace varios momentos, noches, tiempo,
días de lunas cálidas sin pensamiento.
A la protección de la ventana amarré el cable para verte pasar mientras pelaba el alambre,
tiraba con fuerza calentándo mis manos, y el plástico salía como hilos danzantes en espiral.
Allí estabas tu, la que al verme me preferías.Y te escondías de tu pareja que estaba en la pieza.
Yo un viajero con tanta torpeza, no sabía, solo quería intentar probar tu belleza.
Pasaste, te sonreí y me besaste el cuello y la espalda, esa fue la primera vez que nos tocamos,
siempre que nos mirabamos estabas con el y no nos acercabamos.
Hoy recordé ese momento, un hilo mojado saliendo de un montón de cosas, cuando seguí tirando, este tenía un nudo.
Cayó todo sobre la mesa, subestimé el poder de su fineza, cuando sin noción yo me aventuro.
Que estás haciendo me dijiste. Y el espiral plástico que se retiraba con facilidad se endureció tanto tuve que poner todo mi empeño para retirarlo. Y te perdí de vista. Esa noche me fuiste a ver, fugitiva, me preferiste a mi;
como cualquer anomalía que se posa en tu retina en silencio. Como el golpe indiscreto de la fortuna azotando la inercia.
Es para volverse loco.