Los amores que se fueron
fueron aves que emigraron,
y sus huellas me dejaron
en los besos que me dieron.
Con su ternura nacieron
esperanzas que bordaron
los sueños que iluminaron
pasiones que me encendieron.
Germinaron regias notas
de instantes maravillosos,
que inspiraron dulces versos.
Más volaron cual gaviotas
esparciendo luminosos,
de amor, destellos dispersos.
Autor: Anibal Rodríguez