En el rostro se ha dibujado,
La tristeza por la historia,
Que la naturaleza ha golpeado,
Guardando el luto en la memoria.
Mil ángeles han bajado,
A ayudar a la madre tierra,
Esperanza que han dado,
A aquel que en su alma encierra.
Tantas manos se han unido,
Tantas manos en un solo corazón,
Porque la tierra ha sentido,
El canto triste de una ilusión.
La madre tierra está triste,
Pues sus hijos se han cerrado,
Ante el mundo que persiste,
En cambiar aquello que se ha creado.
Se estremece la madre tierra,
Ante el inquieto furor,
Que del centro de su alma encierra,
Llamando a sus hijos al amor.
El llanto y el dolor se escuchan,
Allá donde camina la muerte,
Y muchos contra ella luchan
Y muy pocos corren con suerte.
Pidiendo una segunda oportunidad,
Por todo lo que se ha sufrido,
Mil ángeles vuelven a volar,
Por todo lo que se ha destruido.
Más la tristeza es más fuerte,
Cuando un alma empieza a volar,
Porque a un niño se llevó la muerte,
Y desde el cielo empieza a volar.
Más aquellos que se han quedado,
No dejan de agradecer,
La oportunidad que se les ha dado,
Para llevar el mensaje a cada ser.
Miles de ángeles han regresado,
Y otros han venido,
Para reconciliar lo olvidado,
O recordar lo vivido.
Una nueva vida ha surgido,
Entre los escombros derribados,
Una esperanza que ha venido,
Y la paz por todos lados.
El mundo se ha estremecido,
Ante la noticia de tal magnitud,
Más esto nos ha traído,
Esperanza, sueños y gratitud.