Yo lo guardo muy en mi interior
y no quiero grito que lo revele,
y ni las montañas me digan su nombre:
que escucharlo, me rompe el corazón.
Un amor así, caería yo en una ruina,
si ella supiera mi amor a ella encendida,
no quiera Dios, me odie mi querida.
Un amor imposible, ni mi imaginación
que ya considero por hecho, ya no verla
ni en pintura y mi amor ya está seco
como el sabor de una piedra en el desierto.
Ya no cabe en mí, pues, amor oculto,
que estas palabras son verdaderas,
como auténtico es este amor caluroso.
NACHO REY