Ya vendrá toda la parafernalia fúnebre
a asistirte en tus últimos momentos. Yo,
más humilde, prefiero recordarte entre
el agua y los pinares, de donde
salías como un ave milagrosa de tantos
empeños. Criatura pura y hermosa, cuánto
te echaré en falta, al descubrir tu presencia
en rincones inolvidables y en lugares apacibles
y serenos. No habrá sello para conmemorar
debidamente tu memoria. Pues siempre, en este
país indecente, habrá quién peine tu cabello
con púas venenosas. Mas yo te seguiré
acariciando el pelo, la frente y la nuca,
criatura de una sola imagen.
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