Sólo fué preciso,distraer la vista;
y en una ascendente y breve mirada
ver la llamarada de amor prominente.
Ver esos turgentes y preciosos senos
y esa pollera danzando zarzuelas,
mientras la serpiente cintura que llevas
perfumados pasos oliera silente.
Me paré enseguida,
así, de repente
sin pagar la mesa...
sin llamar al mozo...
y como un mocoso
atrevidamente,
te cambié un piropo por una sonrisa.
Te seguí en la tarde,
casi con la prisa
de esos amorcitos
que no se dan siempre,
esos que le llaman: de primera vista.
Esos que te aterran,
y que al mismo tiempo
te llevan al cielo
en un ida y vuelta.
Y fué tan graciosa y breve esa historia
que desde ese día
¿te acuerdas, mi vida?
los dos construimos el amor más fuerte
sobre toda cosa
el amor bello,
del que no hay memoria.