Cuán dolorosa es la distancia de ese mi terruño encantador, lugar que me vio nacer.
Extraño esos atardeceres, la brisa del Manamo, las olas del padre Orinoco, los sabores y olores de mi tierra, la calidez y los abrazos de mi gente.
Cuántos recuerdos me invaden en este momento haciendo desbordar mis cansados ojos.
¿Quizás se algún día te vuelva a ver?
Vivirás en mi para siempre; orgullo de ser venezolano, de ser deltano de puro corazón.