Y…
No éramos uno para el otro
cedimos el día en que tu mirada
y la mía se cruzaron de repente.
Traíamos un corazón marchito, pero;
yo era el invierno y tú traías el sol
combinamos, para florecer.
Decidimos quedarnos,
porque ante aquel primer beso
huir no era una opción sino;
una decisión, y hoy; somos.