En el lago inmenso de mi soledad
Yace una barca de esperanza
Impulsado por las aguas sanadoras
Que brotan del manantial de mis ojos.
Navega el bajel llevando al capitán
Sollozo navegante con el alma errante
Creando versos; sin poder desembarcar.
El diario de viajero lleva consigo
Pensamientos inmortales
Y perdido en una simple nota
Vaga el perdón silencioso, que atormenta
Al espíritu, sumiso por el orgullo.
¡Perdón! Se escucha en la distancia
¡Perdón! Emite una voz
Los aires de bonanza se pintan de emociones
Al oír la voz, del agonizante corazón.
No sé cuánto falte para encontrar puerto
No sé si estos versos lleguen a vos
Yo estaré abrazado a la esperanza
Porque sé que, entre tus brazos, moraré.