Si ayer alegraba la vereda
tu suave candor adolescente
hoy me golpea el presente
con la crudeza de la verdad
con la fría realidad
de los años que han quedado
olvidados a un costado
de tu vida y de la mía
como una pasión dormida
que pertenece al pasado.
Es mi culpa... no lo sé
tal vez será el destino
el cruzarnos en el camino
en el tiempo equivocado
cuando no habías comenzado
a soñar con el amor
ni conocías el sabor
de una boca apasionada
y tu sonrisa y tu mirada
estaban llenas de pudor.
Sólo pude acercarme
a escondidas... sin testigos
para hablarte como un amigo
y proteger tus pocos años
pero te enredé en engaños
y soñaste más de lo debido
verte sufrir fue mi peor castigo
por destrozar tu esperanza
se impuso entonces la distancia
y tratar de hallar olvido.
¿Olvidar? Si supiera cómo
lograr de mis sueños borrarte
cerrar los ojos y no imaginarte
otra vez regresando a tu esquina
mi pequeña golondrina...
cuando te marchaste ese verano
quedaron mudas mis manos
en el momento de la despedida
presintiendo que con tu partida
mi espera sería ya en vano.
En busca de una nueva estrella
tus pasos se iban alejando
pasé horas en silencio meditando
tratando de cerrar mi herida
y cómo se nos fue la vida
qué terrible se me hizo tu ausencia
cómo pasó tu adolescencia
si un retoño de tu vientre
ahora marca tu presente
y el final de tu inocencia.
Hoy vi de nuevo tu sonrisa
y esta vez no fue un sueño
no sé por qué aún me empeño
en revivir del pasado
tiernos recuerdos atrapados
en un corazón sin olvido
de un amor siempre escondido
que en silencio siempre te nombra
un amor entre las sombras...
...tan sólo un amor prohibido.