Dentro de un neblina de recuerdos camina,
arrancando de su mente los irrelevante,
dejándolos caer sin cuidado en la escarcha
para morir del frío al llegar la noche
El dolor profundamente atravesó,
demasiado profundo,
de repente la pérdida de lo que iba a nacer,
noches con lágrimas de culpa y depresión
en el año cuando le primavera no llegó
El centelleo del cielo del este se entrometió,
reflejado en sus ojos llorosos,
se detiene, reflexiona y la decisión se toma,
para deshacer su agotada y harapienta capa,
para ponerse una del mañana,
forrada con la esperanza
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La foto por cortesía de David Robert Sugg