Apartado, entre lúgubres tormentos,
Viendo cómo se alargan los anhelos,
Cómo se van nublando oscuros cielos,
Cargados de agonía y de lamentos;
Aceptando los crueles sufrimientos
Herido por dolientes, grises celos,
Sabiendo que tú estás en altos vuelos
Y yo padeciendo álgidos momentos;
¿Qué haré Dios mío con tanto dolor,
Qué haré entre mi desdicha y mi llorar;
Si mi pecado sólo es el amor,
Y mi castigo, sólo el recordar,
Libra mi vida de tal deshonor;
Y dime que por siempre me has de amar…