Xabier Abando

Agradecido a la Historia


Pero quién me mandaría
a mí meterme, a esta edad,
¡menuda barbaridad!
con Historia y Geografía.

A mi esto me sobrepasa,
-recuerdo que me decía-
¿por qué se me ocurriría
con lo bien que estaba en casa?

Menguada ya la memoria,
parecía una locura
sacar la Licenciatura
en Geografía e Historia.

En la UNED más todavía
hincando codos en casa,
paliando la oferta escasa
de clases y tutorías.

En el parque Ellacuría
y en un bello palacete
todo ello en Portugalete,
su sede la UNED tenía.

Recuerdo que el primer día
de clase de la carrera
estuvimos la friolera
de unos cuarenta, diría,

pero el coco de la Historia
su extensa nomenclatura,
hechos, fechas, qué locura,
todo un reto a la memoria,

y también más de un suspenso,
fueron menguando el plantel
de entusiastas y de aquel
grupo inicial tan extenso,

que se haría más selecto
y, a la vez, más reducido,
con el tiempo transcurrido,
quedó un compacto grupeto

de compañeros y amigos
que trabamos amistad,
mitad en clase y mitad
tomando cañas y vinos,

más tarde en cenas, comidas
en viajes sensacionales,
y luego, en redes sociales,
nos contábamos las vidas.

Hubo algunas escisiones:
académica y notoria
fue aquella del Plan Bolonia,
que trajo nuevas opciones,

y notables disensiones,
cuando nos pusimos serios
por muy dispares criterios
sobre algunas admisiones.

Hubo bajas temporales,
porque algunos compañeros
hasta más ver, nos dijeron,
por motivos familiares.

Por suerte, se compensaron,
pues, para nuestros honores,
dos ilustres profesores
nuestras filas engrosaron

Hubo momentos de duelo:
camino de los luceros
se fueron dos compañeros
que están en nuestro recuerdo.

Quedó atrás, pasado el tiempo,
la época aquella dorada,
muchas veces añorada
por tantos gratos momentos.

Dejamos atrás tambien
aquel bello palacete
que sigue en Portugalete,
como sede de la UNED.

Aunque, ya todos tenemos
terminados los estudios,
pasados muchos diluvios,
aún nos echamos de menos.

Tan pronto se desperecen
les diré a mis compañeros,
confinados todos ellos,
porque bien se lo merecen:

“Aunque es como pedir peras
al olmo, en horas insanas,
de lo que tengo más ganas
es de veros y es de veras.

Yo doy gracias a la Historia,
una pasión disculpable,
que a una edad inconfesable
menguada ya la memoria,

me permitió retener
la lista de reyes godos
y conoceros a todos
y os quiero volver a ver”


© Xabier Abando, 22/04/2020