Se duerme la tibieza si la luz se apaga
y despiertan las noches bañadas de rocío;
hay ausencias erguidas clavadas como daga,
y congoja que abraza y en nostalgia naufraga.
Lo dulce de unos labios vuela con el viento;
ni roza ni se anida en la miel de los ajenos.
La lluvia crea ríos y es señal de tormento,
mas es siempre vida un íntimo sentimiento.
Breve fue lo eterno del fulgor pretendido:
el matiz del silencio y la floresta sin riego
disgregaron colores en suelo deprimido...
Resiste el carvallo, aun con verdor perdido