Solo podía escuchar los latidos de una angustia,
la soledad se plagaba de silencio,
la pesadumbre atormentaba los ecos de sus pensamientos,
solo con el dolor estaba.
Su tiempo se encontraba en suspenso,
frente a frente con su dolor,
no había más que un pensar que le dolía,
y que parecía llevárselo todo.
Su ventana daba al mar,
las olas prometían llevarse los recuerdos de su dolor lejos,
donde la melancolía no lo pudiera alcanzar jamás.
Su vista perdida no tenía otro lugar donde mirar,
estar solo e inmerso en el presente lo motivo a volar,
pronto alcanzo el mar que mostraba su ventana.
Vio de cerca aquellas aves volar,
la lluvia mojo su dolor,
un arco iris lo pinto de color,
para perderse en el horizonte de la vida.
Caminó sobre el mar hasta que la luna le mostró el camino,
lo transitó y atrás dejo su cuerpo,
confiando que su dolor naufragara para siempre;
mientras su cuerpo lo espera en paz…detrás de aquella ventana vacía.