Desde el final del horizonte inalcanzable
Se vislumbra una pequeña parte de ti
Que no quiere marchitarse en los otoños andinos de la muerte
Trato de alcanzar ese brillo impotente
Que me llega…me da gracia,
Me atormenta y congela mi ideal inconsciente.
Luego tu voz afila los canales auditivos de mi ser
Penetrando a desmedro el placar fino del silencio inerte
Como sombras en las oscuras y borrosas imágenes que tengo de ti
Mis manos se quietan, ni el correr de mis venas
Aceleran el acto pacífico de mi aliento vespertino
¿Cómo aclarar nuevamente mis nublosas gafas
Del abismo lodoso de crepúsculos amarillos?
¿Cómo tocar las estrellas con una mano
y con la otra abrigarte del frío?
¿Cómo decorar tu jardín si mis manos brutas
Corrompen hasta el pétalo de una rosa?
¿Quién es más consecuente que yo mismo, bruma tranquila
Sol del candente septiembre, aguijón de avispa rebelde?
¿Por qué me miras con cara de arrogante?
Ah... ya sé… tú la princesa yo tu sirviente
Ellos nos miran y tu mirada al piso de repente
¿Qué tiene de malo que me quieras?
¿Qué tiene de malo que te ame?
¿Qué tiene de malo que nos miren?
¿Acaso no fuiste tú la que dijo que me olvide?
Ah… ahora todo lo recuerdo… te esperaba a ti
Sin que tú supieras que yo estaba ahí… luego tu de la mano
Con el que cambió mi amor por tu hermoso anillo.