Me abrazaste con fuego y me quemaste
convertida en el árbol con sus ramas
te di mis rosas rojas y me amaste
para luego encantar tus pentagramas.
Ser tus dedos en medio de tus cuerdas
tu guitarra y su vientre que gimiendo
es canto que en el tiempo tu recuerdas
dos almas abrazadas y fluyendo.
Es por eso que te amo cual lamento
encendido en mi sangre y mi torrente,
con lágrimas de sol, es lo que siento,
con lágrimas de sal y recurrente.
Si tú me amas lo haré yo eternamente,
como se ama una sola vez en vida,
si yo te amo lo harás, como se siente;
tu dalia negra, amante soy tu druida.