Dos claveles en tus mejillas
aparecen cuando me miras.
Sutil rosa que a tu sentires
expone ante la confidencia.
Ya no existe la vergüenza
ante nuestra real certeza.
Nos atraen los deseos
de conocernos, de vernos.
Tú imagen y la mía cambian
dejando ver tu rosa daliha.
Yo me muestro imperfecto
espectante ante tu aspecto.
Sonríes con tus tulipanes,
saboreando ya tus planes.
Dejo tus manos llevarme
hasta tus labios tocarte.
Ya no existe impedimento
y tú y yo bien lo sabemos.
Cierro mis ojos sumergido
en el mar de tu cuerpo.
Ahora no hay paredes
ni cuarto de huésped.
Solo la nada en qué yo
Inmerso me encuentro.
Solo el calor de cuerpos
unidos, entrelazados;
que se aman y se sienten;
que son todo y se pierden.
Cuerpos como bellas rosas
que de un solo tallo brotan,
creciendo unidas siempre;
juntas viviendo se mueren.
Solo rosa y rojo se observan
en la escena de amor lesbia.
Solo amor incondicional
en un hermoso cuerpo rosal.