Entre suspiros
nacieron unos versos
muy especiales.
Querían vida,
latidos y sonrisas
del corazón.
Y me entregaron
el néctar agridulce
desde tus labios.
Yo los bebí,
perdiendo los sentidos
y la razón.
Sentí aquel fuego
nublarme todo el cuerpo
por el regalo.
Néctar sublime,
migajas de la tierra
cual tentación.
Pero en el fondo
buscaba tus palabras
y tu silencio.
Quería darte
un beso y \"buenas noches\",
y estar contigo.
Así, sin prisas,
podría acompañarte
mientras soñabas.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/20