En un eterno esperar
Es como he estado viviendo,
Con el pecho padeciendo:
Mustias ganas de llorar;
Verdes árboles espesos
Son testigos de mi llanto
Y es que te quiero ya tanto
Que me muero sin tus besos;
Cielo con mil nubes de ópalo
Se acercan amenazantes
Para mezclar sus cristales
Que la sal que hay en mis ojos;
Es un misterio profundo
El que escondió nuestro amor,
Con su encanto y sabor:
Miel con veneno rotundo;
Esa boca agridulce
Es el infierno, el Edén
Alfa y omega también
Pócima que me seduce;
Hoy me pregunto, qué daño
Te hace comportarte así,
Destruyes al que fue feliz
Entre fatuos, suaves lazos…