El beso vuela, pero avanza detenido, a espera de cobijarse en un abrazo profundo, complaciente, que logra conjugarse entre el agudo de una esdrujula piel de acantilados...
Piel diferente, hermosa, reluciente, tan sedosa como hermosa...
Pero te espero...
En este viernes donde envuelvo en flores tu regreso, siempre te espero...
Me mezcló con la tierra y avanzó hacia ti como la enredadera, surcando el tiempo y creciendo en versos, para incrustarme en tu sal, en tu agua, en tu azúcar...
Llegando como un serpenteo, riego tus dedos y envuelvo truncó el sonido de tu espiritu, surcando desde el agua de rocío que genera el sentir tu beso inmenso...
Sólo se que crezco...
Y me enredo en ti, desenterrando mi amor...
Porque como una enredadera surco el puente que tiene tu nombre...
Y crezco más...
Llego a tus fronteras, me plasmó en tu vida, para caminar en tu piel sencilla, hermosa, lúdica, inmensamente bella y en partes de luz, se hace eternamente mía..