A. Bea Ramirez

Contingencia 2020

Marcaremos el momento,

al suceso que acontece tan veloz,

contaremos a los nietos,

la historia que se vive el día de hoy.

 

Ya las calles se vacían pasado las seis de la tarde,

tan ardientes hace días y ahora tan alarmantes,

un mar que canta ya vacío,

un cielo poco radiante a tempranas horas.

 

Ya no hay comida a domicilio, 

ya no hay quien lave ropa ajena,

dicen las malas lenguas 

que del encierro seremos presas.

 

El estruendo de las calles se ha esfumado,

caminos desiertos por la acera 

y el misterio con que silba la noche 

ahora me parece lúgubre.

 

Y es la vida exigiendo detener,

un mundo que llora por doquier,

solo nos queda esperar,

mientras unos mueren, y otros se guardan.

 

Y ahora, donde todo está sin vida al caer la noche,

donde las miradas recelosas abundan,

donde no hay mayor deseo 

que no ser el blanco de la contingencia.

 

Muchos hablan de un final,

bien está predicho en las palabras de la divinidad,

quien sabe si sea verdad,

si solo sea justicia,

o casualidad.

 

 

Bea Ramirez