Imposible es
el desenlace de la transparencia
que nos impulsa
entre ecos de medusa
hacia la ciega plata del deseo
como si la sed fuera una nota muda
de las lágrimas
y el silencio colérico volviese a latir
en la diana de los espejos
recordándonos la voluntad infinita de nuestros ojos
a fugarse del cuerpo
como una extraña aniquilación del mar