Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

UN AMARGO POEMA

 

 

              (descansa en paz Viejo)

 

Yo no llamo a la muerte, porque la muerte es mía.

Desde la tarde  oscura  que toqué a  tu puerta

supe que nadie abría,

no pueden escucharme los oídos son sordos

y las bocas enmudecen

los ríos se están secando y la lluvia no cesa.

 

No estoy triste –lo sé-

(a veces lloro pero no me aflijo)

Yo dejo la aflicción para los estúpidos

que creen en la reencarnación;

yo sólo sé que no hay nada en la nube del tiempo.

 

Me recupero lento como un escarabajo

empiezo a sentir como me pesa el día

y en la noche descanso

para morirme un rato.

 

Trato de descansar ¡viejo…! como tú descansaste,

qué tranquilo te estabas cuando toque tu pecho

…ya no hay que pagar la luz

ni el mendigo teléfono

tus cuentas se saldaron cuando cerraste el tiempo.

 

Ya hubo algunos cambios, pero nada importante

sólo el eco de tu recuerdo   -retumba-

aunque no es un bramido

es un lento murmullo

(que apenas hace ruido)

Pero es para  no despertarte,   creer que estas dormido,

ya que la cabecera de la mesa jamás está vacía

ni tu paso se olvida   (aquél)

sigiloso y pausado  de la sala a la cocina.