fmarquezma

Elegía de sangre

A mi prima

Tormenta de rebelión invaden mis huesos
Hasta tambalear los cimientos de la sangre
Que se hiela en efímera solidez sobrevenida.
!Qué Dolor! ¡Qué puñal inesperado!
El corazón, goteante y desflecado, busca consuelo
En la oscura estancia de su cárcel,
Donde, paralizado, ni a latir se atreve.
Todo es tenebroso y cae difuminado;
solo hay gritos de nudos desgarrados
Que abren compuertas a tanta pena,
Contenida y perpleja, inesperada.
Y manan lágrimas blancas para el desahogo
De ojos tristes... De ventanales apagados.
Pero tu cara, juguetona y hermosa,
acude al rescate de tanto tormento.
Se impone como radiante sol de amanecida.
¡No pasa nada!, nos dices, riendo...
nos lo dices cuando está pasando de todo.
Quieres amor y luz, quieres risas e inocencia,
Bailas, Cantas, Tocas palmas a compás,
Espantas a los demonios de las tinieblas.
Y, entonces, todos lloramos consolados
Con tu recuerdo...con los recuerdos.