Creer que no necesitaba de nadie, era falso.
Cada vez que una pareja pasaba cerca
la añoranza le hacía su presa,
recordando conversaciones amorosas
y besos llenos de sentimiento.
Tenía la esperanza de que pronto llegara alguien
para poder oír nuevamente
los latidos de corazones emocionados
al sentir la caricia de los labios deseados,
el roce de las manos de quien aman
o el goce de la compañía anhelada.
Anna Gutiérrez.