De la soledad nació un poema,
De la libertad una canción,
De la realidad sólo este tema,
Y el problema de una vida llena de desolación.
Yo necesité del vino, para conciliar el sueño,
Tanto tiempo aquí encerrado y dicen que esto es el destino,
¿Cuál será el mejor camino? Si es una moneda al cielo,
Una droga, un caramelo, para el genio del cretino.
Soy yo, el poeta maldito, escritor de la penuria,
el ludibrio de la furia, incitador del delito,
el del placer exquisito, el hedonismo más puro,
que ha empeñado su futuro, en el presente inaudito.
No quiero una vida larga, ni quiero una muerta amarga,
Jalé el gatillo de esta botella, he vivido suficiente,
Bienvenido al club de 27, nos vemos en el edén,
Buenas noches, mucho gusto, sepan que he vivido bien.