Lucy Quaglia

Se fueron todos

Se fueron todos,

no quedó uno,

nada, ninguno

de los que estaban

y no me importa

saber qué hicieron,

cuándo se fueron,

por qué no están

y no volvieron.

Se fueron todos,

grandes y chicos,

feos y sucios,

malos, ladinos,

truchos, dañinos,

que sin parar

nos embromaron

sin darnos paz

por siete días

de la semana

de la etadía

en la cabina

de Brent del parque

de mi alegría, 

picando siempre,

zumbando cerca,

temprano y tarde,

todos los días.

Se fueron todos

grandes y chicos,

tristes y huraños

pobres mosquitos,

de este verano

junto a sus primos

tábanos negros

tan retorcidos.

Se fueron todos 

por algún lado,

pero volvieron

cuando bajó

el viento amigo

y el sol se fue

detrás de nubes

amenazantes

que se volvieron

grandes y negras

como atorrantes

mientras anuncian

por todos lados

mucha más agua

en un instante.