Conjunto de algodones acostumbrados al peso de una silueta ajena a mi ser.
Entrelazados,
que sujetan un cuerpo deseoso de sueños,
inalcanzables sueños de los que intento volverme dueña.
Casi frágil , casi mío, casi un poco de todo y mucho de nada.
Y te echa de menos,
un silencio que se hace grande en un abismo donde me hago pequeña,
donde un susurro bajo mi oído se ha perdido.
Donde mi cuerpo enfría,
donde mi cuerpo entumece al no tener un hombro en qué descansar,
en qué sentirme plena,
sin necesitar nada mas más que una compañía poco civilizada a ojos ajenos.
Y guardemos la historia,
que sea nuestra para no perdernos,
las calles dicen que tu y yo,
somos miedos tan capaces de afrontar grandes nieblas.
Y te echa de menos,
sobre la pared escucho tu nombre,
sobre ella que le llama al susurro ausente,
sobre mi cuerpo que resiente una lucha que se hace corta
si mi mano es prisionera de la tuya.
Eres mío,
no eres mío
y somos todo siendo casi nada.
Bea Ramirez