Hexágono de luces
formas difusas exhibidas en el cielo
sobre cadenas orogénicas
indefensas, de intemperie
helada y áspera de polvo
de piedra calcina.
Las sombras se interponen
entre la augusta aurora
y el trémulo fulgor de luna.
A la distancia, la ciudad contaminada
se funde con la quietud
de ciervo herido agonizante
por el beso de la sierpe.
El silencio imperante se fractura
por el manto de la muerte
sobre la duda.