Pues bien, es inúil que lo niegue
yo lo acuso de poeta y de bandido
es culpable de haber premeditado su delito
de haberme importunado desde antes con sus versos
y de que anoche a sabiendas de mi insomnio
irrumpió en mi estancia con sus besos
por dentro y por fuera tengo pruebas de su ataque
aunque diga que se halla encerrado en cuarentena
no finja que no eran suyas esas manos impacientes
que se multiplicaron inexplicablemente bajo mis sábanas
usted no cesaba de excitarme
yo, al verme así acorralada
no tuve más remedio que conformarme
rodeando mis piernas a su espalda
y en pleno forcejeo arañar la almohada
pues ni tomar aliento me dejaba
sus huellas están en mis caderas y en mis senos
además la marca de sus dientes en mi cuello
es usted culpable de esa voluptuosidad irresistible
que exudaba por cada uno de mis poros
y no conforme con verme al borde del desmayo
concentró su asalto en mi pelvis
y poseído por fiebre gambusina
penetró en lo profundo de mi cueva
desprendiéndome orgasmos hasta el alba
Es responsable por lo tanto
de haber desatado en mi recámara sus pasiones
de dejar un revoltijo de rimas y suspiros
de despertar exhausta y nefelibata
no se haga el inocente ni ladino
ni diga que por la distancia fue impedido