Anton C. Faya

FIGURAS DEL DESEO

 

FIGURAS DEL DESEO

 

      Soplan alientos de niebla, soplan cargados con dagas implacables. La tierra es carne, el niño ancestral su presa, de sus labios eternos brota un profundo llanto de ceniza. Niebla con aliento de muerte, que de perseguir y perseguirla tomo víctima a su enemigo infinito, “la vida”. Con su pulso, han querido iluminarse con lámparas de oscuridad, han querido asearse en arena y no han podido mas que vestirse con máscaras de piedra.

 

     La muerte no es muda, por la noche, atronadora, tiene las formas de grito del lobo. En el alba, cuando rocío acaricia la hierba, sus aullidos son de silencio gris, de ojos agolpados en los cuartos, de días sin suceder. El rostro de todas las desdichas están pintadas de ocre soledad.

 

     Deseo ser otro parecido al otro yo pero distinto, deseo ya no jugar mas a ser esclavo del reino en el que los gorriones me proclaman con coronas de yuyos. Deseo ver como los tiburones devoran a los delfines y tener el grito, deseo saber como los jardines son dilapidados y tener mi pala para no entumecerme de impotencia. Pero esta desolación, este dolor de huesos, esta mansa ignorancia me condena y me arranca a este respiro asfixiante de silencio.

 

      Existe con certeza mortuoria, se disfraza de féretro, instala el miedo en el espejo. Hoy la peste del aliento duerme su siesta en paz.

 

     El canto de un pájaro me recuerda con nostalgia al principio del amor, y se revela heroico ante este espiral concéntrico infinito de tristeza, soledad y muerte. Escribo para reconstruir el otoño escarbando hasta en las hormigas, para en mis tripas cargar el canto del pájaro.

 

      Para de pie abrazar, besar, volver a ustedes cuando la sinfonía de la vida se restituya en esperanza.

 

A.C.F-ABRIL 2020

ARGENTINA