Un muy sucinto poema, (pudiese haber escrito una pastoral, pero igual da) dedicado con mucho aprecio al ser humano depredador, en las distintas modalidades y ámbitos conocidos, a los que no sólo talan y queman, no sólo a los que cazan por deporte, creo que pocos humanos se salvan de la gran culpa e irresponsabilidad de dañar al planeta contaminando a pequeña o gran escala.
La destrucción es bárbara en términos de comparación, el hombre apenas llegó ayer a un planeta que posee mucha edad y es hora que se pregunte, qué ha hecho en este corto período de permanencia… destruir un equilibrio natural, arrasar bosques, extinguir fauna y flora…
La imagen que coloqué es apenas una de millones que pueden observarse en las redes sobre cómo responde la fauna ante la ausencia del ser humano en los hábitats que una vez fueron suyos, pero fueron invadidos...
Esperemos que una vez superemos esta pandemia, la consciencia sea nuestra mayor tarea a emprender una acción menos ecocida y criminal.
Lo de la cuarentena hasta la Nochebuena es un título que a cualquiera pondrá en un dilema....
O el poeta está loco o tiene de todo en su alacena...