Donde la vida se contempla todo está sumergido,
nada queda del mar apenas su sonido,
único juego de azar que será permitido,
el amor más duradero es el amor no correspondido.
Perdón por haber vencido,
para los guijarros del ruido,
este absoluto de un cero repetido,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.
Ni su pelo encendido,
en la composición de la dicha entra la idea de haberla merecido,
pero que lo crean todos no significa que exista o haya ocurrido,
por los guijarros del ruido.
Siesta que ha enternecido,
sólo se sabe bien lo que no se ha aprendido,
la que auna sus notas azules desde el nido,
la soledad es la única que viene cuando ya todos se han ido.
ARGON